martes, 10 de julio de 2007

Gran Erasmus

Paradójicamente, el primer miércoles del Erasmus no salimos hasta tarde, creo que fuimos yo y César (los desertores del final de la noche anterior) a tomar algo con el resto de desertores, y prontito para casa. No conocíamos Zaza, no conocíamos Phönix (a la mayoría ya os he hablado de esos sitios, pero volveré a contar detalles cuando llegue el momento). Pobrecitos. Así que el jueves fue el primer día de asistencia masiva a las clases. Tengo que remarcar que desde que empezó oficialmente el Erasmus todos los días había hecho sol. Sol de verano, sol de pasar calor en manga corta. Algo temporal, suponíamos todos. Pronto llegarían los vientos polares, las lluvias día sí día también, las blancas nieves y la señorita Rottermeier. O eso suponíamos.

El Mensa era ya nuestro pan de cada día. Las clases de alemán empezaban a complicarse por momentos: nos anunciaron el primer examen para la semana siguiente. Eso era un intensivo y lo demás tonterías. Ahora ya teníamos a papá Jordi que nos acompañaba en coche a los sitios, a mamá Cristina que nos preparaba ricos manjares (véase foto adjunta), al tito Salva y tito César que nos proponían actividades, a la tata Sara que nos ponía a raya para que no nos durmiéramos, a la tía Rachel que nos obligaba a hablar alemán, al Jaume que contaba chistes malos... A continuación, foto familiar (faltan Rachel y Salva, que hizo la foto).


Era el principio del Gran Erasmus, oh qué bonito qué precioso (ehem). Tantas horas juntos nos daban para criticar a los vecinos, para conseguir que la máquina de las lavadoras no se tragara 50 cents por la cara, para hablar sobre los curiosos wáteres con posa-Scheisse incorporado (no tengo fotos, por suerte), para escuchar curiosas leyendas sobre peluquería acuática-casera-oriental, para abrirnos una cuenta en Deutsche Bank, para comprarnos una tarjeta de móvil O2, para "anmeldarnos" en Hannover (registrarse como residente, tal como se nos recomendó), para salir día sí y día también, para descubrir nuevos formatos maquiniles tabaquiles...

(foto by Jordi)

...y, lo más importante, para descubrir que Alemania era un país tropical, dijeran lo que dijeran.

(foto by Cris)

2 comentarios:

  1. Hola Jaume, Soy Miguel de Tenerife. Martí me pasó tu blog y reconozco que me he pasado un buen rato leyendo tus andanzas de Erasmus. ¡Que envidiota que me das!¡Cuanto daría por cambiarme contigo!. Disfrutalo mucho, seguiré leyendo tu blog.

    ResponderEliminar
  2. ¡Y qué daría yo por tener en Hannover el tiempo de Canarias! Si es que no se puede tener todo... Un saludo, y gracias :-).

    ResponderEliminar