¡Hola! Sigo alargando esta gran pausa en la historieta: como dije nada más empezar, escribiré lo que me blozca; hablar sobre el principio del Erasmus me deprime, y como sabéis estoy dejando el masoquismo. Ya lo haré en otro momento. Hoy voy a desvelaros, oh lectores, uno de los grandes misterios de la humanidad. Porque a veces damos las cosas por supuestas sólo porque "son así". Exacto. Los ingleses son puntuales, los franceses son capullos, los alemanes son cabezascuadradas... Pasas un año con gente de todos esos países, los conoces, los ves a diario... Y te das cuenta que sí, son tópicos, pero sí, son todos ciertos. Los ingleses siempre están dos horas antes de lo acordado, los alemanes no saben reaccionar cuando los sacas de sus esquemas... Y toda Europa (la vieja y la nueva) y parte del "extranjero" le tiene manía a los franceses: no es sólo el efecto vecindad, hay unanimidad global.
Pero voy a dejar de irme por las ramas y voy a ir al grano. Vale, ya está. Desinfectadito y todo (sin comentarios). Ahora sí, iré al tema. Y es que el otro día quedé para tomar unas cervecitas (el -itas es un recurso estilístico poco acorde a la realidad, pero al fin y al cabo cumple su función) con mi vecino hamburgués. Estáis en lo cierto: si llega a ser una chica, habría ido a tomar cervezas con una hamburguesa. La hora, la oficial: las "veinte". El lugar, la puerta principal del edificio. El espíritu: "he quedado enfrente de casa", con bajar justo a la hora hay suficiente. El resultado: a las ocho menos dos minutos me sonó el timbre. ¿Cómo pudo haberme ocurrido? ¡Ya pasaba de las ocho menos dos y no estaba abajo! En cerrar la puerta tardaría 10 segundos, en bajar las escaleras tardaría un minuto, no podía entretenerme, ¡Iba a llegar tarde! ¿Los ingleses son los puntuales? No. Los ingleses son siempre impuntuales, nunca llegan cuando toca: siempre llegan antes de la hora. Los puntuales son los alemanes. Y los checos, y los finlandeses, y en general todos los europeos excepto España, Italia, Portugal y Grecia. Fácil: venimos de países "menos civilizados y desarrollados", bla bla bla (la historieta de siempre). Pues no (he dicho). La única explicación es el clima.
En Barcelona quedas con alguien a las 9. Si a las nueve y cinco aparece, todos contentos. Si aparece a y diez, te preguntan "¿Llevas mucho esperando?" y respondes "Cinco minutillos, no pasa nada". Si aparece a y cuarto, instas a la otra persona a intentar no repetir tan incómoda espera. Más allá de y cuarto, empiezas a plantearte abandonar el lugar o regalas unos centimillos a las operadoras de telefonía móvil, contribuyendo así al desarrollo de las telecomunicaciones (ya, bueno...). De todas formas, alguna vez esperas hasta veinte minutos sin perder los nervios: miras a la gente de la calle, te das un Voltio, haces un "Fumando espero" (Zamacois, sí), te lees la revista/libro/periódico de turno, o simplemente te quedas un rato pensando. Total, ya va bien tomar el aire y tampoco hace tanto frío, como máximo algún día. Hay quien no tolera estas esperas, pero hablamos en general. El pan de cada día.
Salto. San Sebastián de La Gomera. Entre 15 y 25 grados todo el año, salvando excepciones. Quedas a las nueve, pero sabes que nunca debes salir de casa antes de las nueve: hasta las nueve y media no vas a encontrar a nadie. Caben dos posibilidades: 1) En Canarias no es una hora menos sino una hora y media; 2) tengo yo razón, y la puntualidad es inversamente proporcional a la latitud. Esperando se está bien, y teniendo toda la calma del mundo porque el clima acompaña, también. Allá donde fueres... Tal. No hace falta ni acabar el refrán, porque a buen entendedor... Tal. Sin estrés.
Otra vez, saltemos. Un día cualquiera del pasado mes. Este año Hannover no es tierra tropical, como pasó el anterior. Treffpunkt: reloj de Kröpcke (el centro de la ciudad, vamos). Cinco minutos. Diez minutos. Veinte. Treinta. Lluvia. Cuarenta. Frío. ¡Tres cuartos de hora! Viento. Frío. Lluvia. Maldiciones varias. Manos en los bolsillos, guantes en casa. Frío. Gente esperando a otra gente: 5 minutos máximo. Resfriado al canto. Bonito, precioso. ¿Cómo no van a ser puntuales los alemanes, si es físicamente imposible ser impuntual más de dos veces sin romper una amistad o acabar con la salud de tus "Kollegen"? De ninguna manera, no son puntuales por ser más civilizados (no discutiremos en este momento si lo son o no, simplemente asumiremos el tópico y diremos que sí), sino por necesidad.
Y ahora os dejo, que me he entretenido escribiendo y llego tarde a una cena.
sábado, 10 de noviembre de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)