[La información de este post está anticuada, pues tal y como nació el mito, volvió a caer al cabo del tiempo. Para más información sobre el estado actual de Zaza puedes leer este post (click aquí). Recuerda que siempre quedarán los miércoles Phoenix, la competencia directa de Zaza, misma oferta y mismo formato ;)]
Aunque parezca mentira, seguimos en octubre de 2006. Días soleados, manga corta, helados de mango y una chaquetita fina para la noche. Continuaba la Alemania tropical. Barbacoas en Silo, lunes al karaoke irlandés y a la discoteca Palo Palo, viernes el cumpleaños de alguien o la fiesta internacional de turno. El resto de días ya sólo íbamos a tomar algo, o como máximo a las discos de detrás de Hauptbahnhof, con su café gratis para cuando abandonas el antro. Glocksee, Chez Heinz, Faust... Ya empezábamos a tenerlos muy vistos. Había que innovar, nuestro contrato Erasmus nos pedía explícitamente que fuéramos de fiesta cada día para conocer nuevas culturas.
Fue Jordi el artífice, fue Jordi el Mesías: "Me han dicho que hay un sitio detrás de Hbf que los miércoles ofrece barra libre a 6 euros". Los "cubatas" que nos servían en cualquier sitio tenían medio dedo de alcohol y el resto del vaso de refresco. Estábamos hartos de tomar cerveza, se nos empezaba a poner cara de alemanes: necesitabamos innovar, lo necesitábamos ya. La primera expedición se había creado, acompañábamos a Jordi a la aventura Zaza: diría que venía también Salva y algunos de los nuevos, que por aquél entonces eran "Chuso and co". Zaza, un cubículo que más que un local parecía una columna hueca, que no llamaba la atención, que no parecía tener nada de especial, a primera vista.
"Ausweiss, bitte" (identificación). Puff, ya empezamos. Sólo les faltaba mirar que lleváramos un calzado "apto" y hablar castellano para hacernos salir de la burbuja Erasmus en la que estábamos metidos. Por suerte no fue así, sólo querían ver nuestra edad, y cobrarnos seis euros. Y darnos un papelito donde ponía "Getränk" (bebida)... ¿Cómo? A Jordi le empezó el sudor frío, había enredado a unas 6 personas prometiéndoles barra libre a un módico precio, y todo parecía indicar que con esos 6 euros recibías una bebida, y gracias. En realidad no nos dolía tanto, acostumbrados a nuestras queridas ciudades natales, pero en fin, nuestro gozo en un pozo.
En un pozo sí, pero en un pozo lleno de Vodka. No hacía falta ser muy observador: la gente pedía sus vasos con el ticket, y cuando los terminaba... Pedía otro. Fuimos puntuales, a las diez. La oferta terminaba a las doce. Los Wodka - Red Bull y los Gyn - Lemon se juntaron con la sed durante la friolera de dos horas. El que definió el alcohol como un lubricante social seguro que pasó alguna vez por Zaza, aunque esta vez no había explicación científica para las mutaciones que sufrimos. Quiero pensar que nadie contó los vasos que nos bebimos, quiero pensar que la primera vez fue light. Y así lo puedo contar, pues no hay fotos para demostrar la contrario, ni testigos que estuvieran en plenas facultades físicas y psíquicas para negarlo.
El caso es que repetimos la semana siguiente, esta vez con más seguidores. Y la siguiente también, con más adeptos aún. Y la siguiente, y la siguiente a la siguiente, y así hasta la fecha de este post, año y medio después, con una pequeña pausa en agosto, por razones que muchos conocéis, pero que muchos tendréis que esperar unos 3 años en conocer, cuando mi Blog llegue a ese día. Había nacido el mito de los miércoles, un mito que traspasaría incluso generaciones Erasmus.
No tenía nada de especial, la música no era especialmente buena, había camareros que no se merecían su sueldo. Pero permitía ver cosas fuera de lo habitual: españoles e italianos llegando puntuales a las diez de la noche para salir de fiesta, incluso antes que los de los demás países; transformaciones masivas en el comportamiento de cien personas a la vez al llegar el último cuarto de hora de la oferta, 23.45; un generador infinito de cotilleos para los días posteriores al miércoles, en los que el "quién se lió con quién", "quién acabó vomitando", "quién desayunó en la estación" o "a quién echaron de Zaza por alcohólico" eran los temas más habituales. Junto con el Dublin Inn de los lunes, se convirtió en una nueva tradición. Junto con la resaca de los jueves, se convirtió en un nuevo dolor de cabeza. Sin palabras.
Hola,
ResponderEliminarLa verdad que si que he estado por Holanda y lo de los "cacharros" no se estila....
Hemos comenzado un foro erasmus que sirva como punto de reunion e informacion para todos los erasmus en otros paises. Nos gustaria que participaras… cuantos mas erasmus seamos , mas facil nos resultara a todos… el foro es: foroerasmus.com