domingo, 8 de marzo de 2009

Zaza, la caída de un mito (parte I)

¿Quién dijo que la gallina de los huevos de oro era tranquila y suave como un peluche? Seguro que todos tenemos un conocido que tiene una amiga cuyo cuñado recibió un picotazo de dicha gallina... ¡O cuatro! Pues en Zaza pasó lo mismo, pero en vez de comprar un gallinero más confortable, asesinaron a la gallina y llamaron a la policía para denunciar el picotazo.

Para explicarlo haré un viaje en el tiempo, y de paso dejaré de contar cosas con dos años de retraso. Por un fenómeno de herencia cultural, las nuevas generaciones de Erasmus en Hannover recibirían por parte de sus asesores de años anteriores (dile asesores, dile malos amigos por mandarlos a esos sitios) una especie de lista no oficial de sitios a los que ir, para el día a día. Esta lista contenía un nombre subrayado, en negrita y en color rojo repasado con rotulador fosforescente amarillo: Miércoles - Zaza.

Así, los Erasmus de los dos siguiente años (2007/2008 y de 2008/2009), salvando unos pocos miércoles de alternativas, continuaron la tradición. Ya no había 2 horas de barra libre: lo prohibieron en toda Alemania tras casos de muerte por una mala lectura de la frase "bebe con moderación, es tu responsabilidad". En su lugar pusieron una oferta similar, que ampliaba el horario a cuatro horas y reducía el número de copas de infinito a cinco (5 copas 5 euros). Salvando distancias, seguía siendo una buena fiesta. Y ahí que se fueron los nuevos, y ahí que continuó la leyenda de un par de camareros "que-caían-mal-a-todos". Los porteros seguían estando en un pedestal, eran pacíficos y hasta simpáticos. De momento.

¿Cuál fue el problema entonces? Un par de ladrones de pacotilla españoles: sí, curiosamente esto no pasa con gente de otros países, y cuando pasa nunca es tan descarado y recurrente. Ya en el primer año (2006/2007) empezaron a coger botellas de la barra. El caso es que siempre han estado al alcance de la mano, pero por la razón que sea a los alemanes y al resto de europeos ni se les pasa por la cabeza alargar la mano y robar una botella. Pero a un par de españoles sí que se les ocurrió, hay gente con una inventiva sin límites. Pero si algo tienen los alemanes es su carácter radical a la hora de resolver problemas (léase el post de Callinstrasse), y la reacción natural fue echar a toda la gente que les sonaba a la calle: se equivocaron de personas y encima no tenían ninguna prueba que lo demostrara. Fueron 3 personas las que se lo pasaron tan bien robando, y de paso arruinando la noche a unas 70 personas, empezaron a crear la mala imagen de los erasmus en general y los españoles en particular. Zaza quedó medio vacío, unos por robar hicieron perder credibilidad a un grupo, otros por xenófobos compulsivos destruyeron la buena imagen que pudiera tener el club.

El segundo año (2007/2008) la tradición continuó; la de ir a Zaza ("por interés te quiero Andrés") y la de robar botellas. Tardó en volver a pasar, pero pasó, y repetidas veces. Esta vez los roba-botellas fueron otros (no hay nada como la variedad), y fueron más, pero por suerte en Zaza no tomaron medidas tan drásticas. Eso sí, la imagen de los españoles fue degradándose más y más. Los cuatro españoles de turno siguieron con sus costumbres de quinceañeros gamberros sin gracia, y el resto tuvieron que aguantar que el personal de la discoteca siguiera generalizando de una forma patética y colgando a todos los españoles una misma etiqueta, próxima a la de delincuentes.

En el curso actual, 2008/2009, las dos tradiciones se mantuvieron, si bien la de robar botellas no fue ni por asomo tan exagerada, y de hecho fue promovida por las antiguas generaciones Erasmus. Pero eso los camareros de Zaza de turno no lo podían saber. Fueron concretamente un par de ellos, concretamente jefes de barra con gafas (las gafas no las lleva la barra). Con su cuadrícula vital sólo supieron ir convirtiendo cada botella de menos en una neurona de más dedicada al odio a esa región del sur de Europa situada en la periferia de Mallorca (Malle para los amigos).

Tras un nuevo revuelo botellil, el espectáculo se repitió, y esta vez fue la gota que colmó el vaso. Esta vez no echaron masivamente a la gente, pero está claro que se trató el tema en el congreso internacional zazero que debió tener lugar durante las cenas de navidad de la empresa alcoholizadora por excelencia en Hannover. La semana siguiente, si hablabas español o tenías aspecto de español, tenías premio: te mirarían mal, controlarían todos tus movimientos, te tratarían como a un delincuente, esperarían y contarían todos los tickets antes de servirte con reparo y mala cara. Da igual que fueras un buen cliente durante 2 años, da igual que fueras un nuevo Erasmus y no supieras de la misa la mitad: todos delincuentes. ¡Feliz navidad, Zaza!

(continúa en el próximo post)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola! acabo de ver en tu blog que estudias teleco y que estas en hannover de erasmus, y queria preguntarte que tal va. yo estudio tb teleco pero en valencia, y pido la beca esta semana. queria hacer un poco de ingenieria biomedica, que he visto que por alli la hay, pero aun no tengo claro a donde pedirla...mi correo es maropr@teleco.upv.es...si te aburres mucho y te apetece contarme que tal es hannover, te lo agradeceria!
gracias!

Adriana dijo...

Wow! Ahora he leido tu blog con las nuevas historias de Zaza... He perdido mucho! Pero ahora espero tambien parte 3, 4,... del roman. Es muy divertido!