Hoy hizo un día espléndido. Aunque también hubo tormenta. Qué digo, si de hecho también nevó. Recuerdo ir con bufanda y guantes. Aunque también recuerdo ir sin chaqueta... ¡Ah, claro, que ya es primavera en Alemania!
Hace poco leí que el grupo de grandes almacenes El Corte Inglés tenía opción de comprar las galerías alemanas Kaufhof... Personalmente, no le veo demasiado futuro a esa operación; los alemanes confían en lo que les dices, pero a 5 bajo cero ponte a vender pareos porque "ya es primavera"... No, no lo veo.
Eso sin contar que "si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero". Pongamos que en verano 2010 El Corte Inglés alemán es un hecho. Pues allí que irá Herr Müller, a por el bañador de flores de colores que vio la semana anterior: han dicho que en los próximos 2 días hará sol y calor, llegaremos a los 37 grados. La playa del lago estará repleta, y Herr Müller estará allí, al pie del cañón, probando su nuevo bañador. Repetirá la acción durante 2 días soleados y calurosos, pero el tercer día el granizo y los 2 grados centígrados harán que la vuelta a casa sea con parada en El Corte Kauf-Inglés: el cliente no está satisfecho con un bañador que no abriga lo suficiente, debe devolvérsele el importe de la compra. Sigo sin verlo.
Y me olvidaba de la cafetería de la planta alta: para ser más alemanes que ellos tendrán que situarla en la planta número 52 (incluso para edificios de 6 plantas), servir cappuccini a 4 euros, vender 23 variedades de Brattwurst, ofrecer botellas de agua a precio superior al de las cervezas de medio litro y alternar siempre entre música alemana ultramoderna y canciones de los años 30.
Definitivamente, el único punto a favor que veo en esta adopción es la venta de calcetines blancos: si por cada veinte pares te regalan unas sandalias estaremos ante el negocio del siglo... Porque en el fondo hay cosas que no cambian.
Veremos lo que ocurre finalmente. De momento mientras esperamos podremos disfrutar de la nieve. Digo, del sol.
miércoles, 25 de marzo de 2009
domingo, 8 de marzo de 2009
Zaza, la caída de un mito (parte II)
Si hay algo que cambie más que la meteorología alemana, eso es la política que sigue el personal de Zaza. La siguiente vez, ya después de Navidades, parece que se olvidó todo otra vez y que volvía a ser un sitio al que se podía ir. Pero como he dicho, las botellas habían quedado acumuladas en forma de negativismo en las cabecitas de cierto personal del club nocturno, y aunque todo parecía haber vuelto a la normalidad, el buen alemán nunca olvida (esto léase con entonación de película del oeste mal doblada, por favor). De paso póngase música de telenovela para el siguiente párrafo.
¡¡¡Marzo 2009!!! Un buen día, un grupo de Erasmus estaba pasándolo bien en Palo Palo ("la discoteca de los lunes"). Lo que nuestros amigos ignoraban era la presencia de uno de los porteros de Zaza en el antro más surrealista de Hannover. Resulta que era amigo de un portero de Palo Palo, y ahí estaban de cháchara. Pintaba una buena semana, pues uno de los Erasmus españoles tenía visita, le habían hablado muy bien de las fiestas hannoverianas. Era un chico alto y grande, de esos que ni los porteros de Palo Palo, tan dados a las palizas, se atreverían a enfrentarse. Pero si no puedes contra el enemigo (enemigo gratuíto, cómo no) atácale cobardemente. Sin venir a cuento, pues, el portero de Palo Palo empezó a hacerle gestos al chico que estaba de visita. Vacilándole, claro. Se le acercó, y el chico le dijo que no tenía vergüenza, o algo similar. ¿Qué hizo el portero? Arrojarle en la cara un líquido jabonoso con ligeros toques picantes; pimienta deconstruída, que diría Ferran Adrià.
Con lo que no contaban es con que alguien de los Erasmus llamara a la policía para denunciar los hechos. Al mismo tiempo, el portero de Palo Palo charlaba con el de Zaza, éste le comentaba las épicas gestas de los españoles en los zazamiércoles. Teléfono en mano, el portero implicado llamó también a la policía, haciendo un gesto comúnmente conocido como "tocarse los webs". Lo más adecuado para tranquilizar la situación, sin duda alguna.
La policía llegó, evidentemente la credibilidad de los españoles era baja (por tradición, claro). Pero los argumentos del portero eran, ante todo, pobres. Así que lo mejor que podía pasar pasó, y a continuación llegó también la policía criminal (Grissom y sus amigos, para los que hayan visto CSI). Tomaron muestras del líquido que habían tirado al chico, y pidieron los nombres a los implicados y testigos. Un par de semanas después llamarían a los testigos a declarar, la denuncia se había tenido en cuenta. ¿Quién dijo que Hannover era aburrido?
Dos días después, el portero amigo del de Palo Palo estaba en la puerta de Zaza impidiendo la entrada a toda persona de nacionalidad española. Aunque nos conociera de sobras, aunque no tuviéramos nada que ver con el lunes anterior. ALLE RAUS, versión 2. Xenofobia, patetismo, generalización, incultura y, lo más importante, pérdida automática de los mejores clientes que tenían. Eso sin contar la multa que seguramente le caerá a su amiguito. ¡Chapó!
Moraleja: si eres un camarero o portero de un antro en una ciudad alemana y un par de capullos te roban unas botellas: no te precipites y no hagas el tonto impulsiva ni injustificadamente, y menos cuando ya no viene a cuento. O por lo menos analiza lo que ha pasado, no metas a un colectivo de 200 personas en un mismo saco.
Como en este blog he hecho tanta propaganda a los miércoles en Zaza, ahora adjunto una lista de alternativas para los miércoles (y en general de fiestas en Hannover entre semana), por si alguien me hizo caso: Phoenix ofrece la misma oferta 5x5 en un local más grande y más cercano al centro (muy cerca de la estación de Steintor). El bar que simula la bolsa (DAX, al lado de Zaza) ofrece bebidas a un euro (no es 5x5 pero es 1x1). Los bares de Steintor ofrecen también ofertas de 1 euro cada miércoles. La discoteca OSHO (en Hbf) abre también, aunque no tiene nada de especial salvo la entrada gratuíta. Y si salir el miércoles sigue siendo perjudicial para la salud, quizás la mejor opción es ir los jueves a "Bei Chez Heinz", donde se hacen las fiestas universitarias más impresionantes de Hannover. "Zino Hannover" es también una alternativa para los jueves, aunque no tan concurrida. Que aproveche :-)
¡¡¡Marzo 2009!!! Un buen día, un grupo de Erasmus estaba pasándolo bien en Palo Palo ("la discoteca de los lunes"). Lo que nuestros amigos ignoraban era la presencia de uno de los porteros de Zaza en el antro más surrealista de Hannover. Resulta que era amigo de un portero de Palo Palo, y ahí estaban de cháchara. Pintaba una buena semana, pues uno de los Erasmus españoles tenía visita, le habían hablado muy bien de las fiestas hannoverianas. Era un chico alto y grande, de esos que ni los porteros de Palo Palo, tan dados a las palizas, se atreverían a enfrentarse. Pero si no puedes contra el enemigo (enemigo gratuíto, cómo no) atácale cobardemente. Sin venir a cuento, pues, el portero de Palo Palo empezó a hacerle gestos al chico que estaba de visita. Vacilándole, claro. Se le acercó, y el chico le dijo que no tenía vergüenza, o algo similar. ¿Qué hizo el portero? Arrojarle en la cara un líquido jabonoso con ligeros toques picantes; pimienta deconstruída, que diría Ferran Adrià.
Con lo que no contaban es con que alguien de los Erasmus llamara a la policía para denunciar los hechos. Al mismo tiempo, el portero de Palo Palo charlaba con el de Zaza, éste le comentaba las épicas gestas de los españoles en los zazamiércoles. Teléfono en mano, el portero implicado llamó también a la policía, haciendo un gesto comúnmente conocido como "tocarse los webs". Lo más adecuado para tranquilizar la situación, sin duda alguna.
La policía llegó, evidentemente la credibilidad de los españoles era baja (por tradición, claro). Pero los argumentos del portero eran, ante todo, pobres. Así que lo mejor que podía pasar pasó, y a continuación llegó también la policía criminal (Grissom y sus amigos, para los que hayan visto CSI). Tomaron muestras del líquido que habían tirado al chico, y pidieron los nombres a los implicados y testigos. Un par de semanas después llamarían a los testigos a declarar, la denuncia se había tenido en cuenta. ¿Quién dijo que Hannover era aburrido?
Dos días después, el portero amigo del de Palo Palo estaba en la puerta de Zaza impidiendo la entrada a toda persona de nacionalidad española. Aunque nos conociera de sobras, aunque no tuviéramos nada que ver con el lunes anterior. ALLE RAUS, versión 2. Xenofobia, patetismo, generalización, incultura y, lo más importante, pérdida automática de los mejores clientes que tenían. Eso sin contar la multa que seguramente le caerá a su amiguito. ¡Chapó!
Moraleja: si eres un camarero o portero de un antro en una ciudad alemana y un par de capullos te roban unas botellas: no te precipites y no hagas el tonto impulsiva ni injustificadamente, y menos cuando ya no viene a cuento. O por lo menos analiza lo que ha pasado, no metas a un colectivo de 200 personas en un mismo saco.
Como en este blog he hecho tanta propaganda a los miércoles en Zaza, ahora adjunto una lista de alternativas para los miércoles (y en general de fiestas en Hannover entre semana), por si alguien me hizo caso: Phoenix ofrece la misma oferta 5x5 en un local más grande y más cercano al centro (muy cerca de la estación de Steintor). El bar que simula la bolsa (DAX, al lado de Zaza) ofrece bebidas a un euro (no es 5x5 pero es 1x1). Los bares de Steintor ofrecen también ofertas de 1 euro cada miércoles. La discoteca OSHO (en Hbf) abre también, aunque no tiene nada de especial salvo la entrada gratuíta. Y si salir el miércoles sigue siendo perjudicial para la salud, quizás la mejor opción es ir los jueves a "Bei Chez Heinz", donde se hacen las fiestas universitarias más impresionantes de Hannover. "Zino Hannover" es también una alternativa para los jueves, aunque no tan concurrida. Que aproveche :-)
Zaza, la caída de un mito (parte I)
¿Quién dijo que la gallina de los huevos de oro era tranquila y suave como un peluche? Seguro que todos tenemos un conocido que tiene una amiga cuyo cuñado recibió un picotazo de dicha gallina... ¡O cuatro! Pues en Zaza pasó lo mismo, pero en vez de comprar un gallinero más confortable, asesinaron a la gallina y llamaron a la policía para denunciar el picotazo.
Para explicarlo haré un viaje en el tiempo, y de paso dejaré de contar cosas con dos años de retraso. Por un fenómeno de herencia cultural, las nuevas generaciones de Erasmus en Hannover recibirían por parte de sus asesores de años anteriores (dile asesores, dile malos amigos por mandarlos a esos sitios) una especie de lista no oficial de sitios a los que ir, para el día a día. Esta lista contenía un nombre subrayado, en negrita y en color rojo repasado con rotulador fosforescente amarillo: Miércoles - Zaza.
Así, los Erasmus de los dos siguiente años (2007/2008 y de 2008/2009), salvando unos pocos miércoles de alternativas, continuaron la tradición. Ya no había 2 horas de barra libre: lo prohibieron en toda Alemania tras casos de muerte por una mala lectura de la frase "bebe con moderación, es tu responsabilidad". En su lugar pusieron una oferta similar, que ampliaba el horario a cuatro horas y reducía el número de copas de infinito a cinco (5 copas 5 euros). Salvando distancias, seguía siendo una buena fiesta. Y ahí que se fueron los nuevos, y ahí que continuó la leyenda de un par de camareros "que-caían-mal-a-todos". Los porteros seguían estando en un pedestal, eran pacíficos y hasta simpáticos. De momento.
¿Cuál fue el problema entonces? Un par de ladrones de pacotilla españoles: sí, curiosamente esto no pasa con gente de otros países, y cuando pasa nunca es tan descarado y recurrente. Ya en el primer año (2006/2007) empezaron a coger botellas de la barra. El caso es que siempre han estado al alcance de la mano, pero por la razón que sea a los alemanes y al resto de europeos ni se les pasa por la cabeza alargar la mano y robar una botella. Pero a un par de españoles sí que se les ocurrió, hay gente con una inventiva sin límites. Pero si algo tienen los alemanes es su carácter radical a la hora de resolver problemas (léase el post de Callinstrasse), y la reacción natural fue echar a toda la gente que les sonaba a la calle: se equivocaron de personas y encima no tenían ninguna prueba que lo demostrara. Fueron 3 personas las que se lo pasaron tan bien robando, y de paso arruinando la noche a unas 70 personas, empezaron a crear la mala imagen de los erasmus en general y los españoles en particular. Zaza quedó medio vacío, unos por robar hicieron perder credibilidad a un grupo, otros por xenófobos compulsivos destruyeron la buena imagen que pudiera tener el club.
El segundo año (2007/2008) la tradición continuó; la de ir a Zaza ("por interés te quiero Andrés") y la de robar botellas. Tardó en volver a pasar, pero pasó, y repetidas veces. Esta vez los roba-botellas fueron otros (no hay nada como la variedad), y fueron más, pero por suerte en Zaza no tomaron medidas tan drásticas. Eso sí, la imagen de los españoles fue degradándose más y más. Los cuatro españoles de turno siguieron con sus costumbres de quinceañeros gamberros sin gracia, y el resto tuvieron que aguantar que el personal de la discoteca siguiera generalizando de una forma patética y colgando a todos los españoles una misma etiqueta, próxima a la de delincuentes.
En el curso actual, 2008/2009, las dos tradiciones se mantuvieron, si bien la de robar botellas no fue ni por asomo tan exagerada, y de hecho fue promovida por las antiguas generaciones Erasmus. Pero eso los camareros de Zaza de turno no lo podían saber. Fueron concretamente un par de ellos, concretamente jefes de barra con gafas (las gafas no las lleva la barra). Con su cuadrícula vital sólo supieron ir convirtiendo cada botella de menos en una neurona de más dedicada al odio a esa región del sur de Europa situada en la periferia de Mallorca (Malle para los amigos).
Tras un nuevo revuelo botellil, el espectáculo se repitió, y esta vez fue la gota que colmó el vaso. Esta vez no echaron masivamente a la gente, pero está claro que se trató el tema en el congreso internacional zazero que debió tener lugar durante las cenas de navidad de la empresa alcoholizadora por excelencia en Hannover. La semana siguiente, si hablabas español o tenías aspecto de español, tenías premio: te mirarían mal, controlarían todos tus movimientos, te tratarían como a un delincuente, esperarían y contarían todos los tickets antes de servirte con reparo y mala cara. Da igual que fueras un buen cliente durante 2 años, da igual que fueras un nuevo Erasmus y no supieras de la misa la mitad: todos delincuentes. ¡Feliz navidad, Zaza!
(continúa en el próximo post)
Para explicarlo haré un viaje en el tiempo, y de paso dejaré de contar cosas con dos años de retraso. Por un fenómeno de herencia cultural, las nuevas generaciones de Erasmus en Hannover recibirían por parte de sus asesores de años anteriores (dile asesores, dile malos amigos por mandarlos a esos sitios) una especie de lista no oficial de sitios a los que ir, para el día a día. Esta lista contenía un nombre subrayado, en negrita y en color rojo repasado con rotulador fosforescente amarillo: Miércoles - Zaza.
Así, los Erasmus de los dos siguiente años (2007/2008 y de 2008/2009), salvando unos pocos miércoles de alternativas, continuaron la tradición. Ya no había 2 horas de barra libre: lo prohibieron en toda Alemania tras casos de muerte por una mala lectura de la frase "bebe con moderación, es tu responsabilidad". En su lugar pusieron una oferta similar, que ampliaba el horario a cuatro horas y reducía el número de copas de infinito a cinco (5 copas 5 euros). Salvando distancias, seguía siendo una buena fiesta. Y ahí que se fueron los nuevos, y ahí que continuó la leyenda de un par de camareros "que-caían-mal-a-todos". Los porteros seguían estando en un pedestal, eran pacíficos y hasta simpáticos. De momento.
¿Cuál fue el problema entonces? Un par de ladrones de pacotilla españoles: sí, curiosamente esto no pasa con gente de otros países, y cuando pasa nunca es tan descarado y recurrente. Ya en el primer año (2006/2007) empezaron a coger botellas de la barra. El caso es que siempre han estado al alcance de la mano, pero por la razón que sea a los alemanes y al resto de europeos ni se les pasa por la cabeza alargar la mano y robar una botella. Pero a un par de españoles sí que se les ocurrió, hay gente con una inventiva sin límites. Pero si algo tienen los alemanes es su carácter radical a la hora de resolver problemas (léase el post de Callinstrasse), y la reacción natural fue echar a toda la gente que les sonaba a la calle: se equivocaron de personas y encima no tenían ninguna prueba que lo demostrara. Fueron 3 personas las que se lo pasaron tan bien robando, y de paso arruinando la noche a unas 70 personas, empezaron a crear la mala imagen de los erasmus en general y los españoles en particular. Zaza quedó medio vacío, unos por robar hicieron perder credibilidad a un grupo, otros por xenófobos compulsivos destruyeron la buena imagen que pudiera tener el club.
El segundo año (2007/2008) la tradición continuó; la de ir a Zaza ("por interés te quiero Andrés") y la de robar botellas. Tardó en volver a pasar, pero pasó, y repetidas veces. Esta vez los roba-botellas fueron otros (no hay nada como la variedad), y fueron más, pero por suerte en Zaza no tomaron medidas tan drásticas. Eso sí, la imagen de los españoles fue degradándose más y más. Los cuatro españoles de turno siguieron con sus costumbres de quinceañeros gamberros sin gracia, y el resto tuvieron que aguantar que el personal de la discoteca siguiera generalizando de una forma patética y colgando a todos los españoles una misma etiqueta, próxima a la de delincuentes.
En el curso actual, 2008/2009, las dos tradiciones se mantuvieron, si bien la de robar botellas no fue ni por asomo tan exagerada, y de hecho fue promovida por las antiguas generaciones Erasmus. Pero eso los camareros de Zaza de turno no lo podían saber. Fueron concretamente un par de ellos, concretamente jefes de barra con gafas (las gafas no las lleva la barra). Con su cuadrícula vital sólo supieron ir convirtiendo cada botella de menos en una neurona de más dedicada al odio a esa región del sur de Europa situada en la periferia de Mallorca (Malle para los amigos).
Tras un nuevo revuelo botellil, el espectáculo se repitió, y esta vez fue la gota que colmó el vaso. Esta vez no echaron masivamente a la gente, pero está claro que se trató el tema en el congreso internacional zazero que debió tener lugar durante las cenas de navidad de la empresa alcoholizadora por excelencia en Hannover. La semana siguiente, si hablabas español o tenías aspecto de español, tenías premio: te mirarían mal, controlarían todos tus movimientos, te tratarían como a un delincuente, esperarían y contarían todos los tickets antes de servirte con reparo y mala cara. Da igual que fueras un buen cliente durante 2 años, da igual que fueras un nuevo Erasmus y no supieras de la misa la mitad: todos delincuentes. ¡Feliz navidad, Zaza!
(continúa en el próximo post)
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